Una estructura de gobierno de riesgos no es un simple organigrama. Es un sistema vivo, una red coordinada que permite a una organización navegar la incertidumbre con confianza.
Para que este sistema funcione, debe basarse en principios universales. Sin ellos, la ambigüedad y los silos toman el control. Toda buena gobernanza de riesgos necesita:
📌 Claridad de Roles y Responsabilidades: Saber exactamente quién hace qué.
⚖️ Rendición de Cuentas (Accountability): Personas y comités responsables de sus decisiones.
🔍 Independencia y Objetividad: La capacidad de supervisar y desafiar al negocio de forma constructiva.
↔️ Transparencia y Flujo de Información: Que los datos sobre riesgos lleguen a las personas adecuadas en el momento oportuno.
🌐 Visión Integral del Riesgo: Una perspectiva holística que rompa los silos departamentales.
El modelo que mejor encapsula estos principios, y que se ha convertido en el estándar de oro de la industria, es el de las “Tres Líneas de Gestión”.
Como sugiere la imagen, no es una jerarquía rígida de arriba hacia abajo. Es mucho más poderoso que eso.
Es la partitura de una orquesta, donde cada sección (Táctica, Estratégica y de Accountability) sabe exactamente cuándo y cómo tocar para crear una sinfonía de control, estrategia y crecimiento seguro.
